viernes, 2 de noviembre de 2007

De serie

Marcho de nuevo hacia Valladolid, con la mente puesta en lo que espera este fin de semana. Es imposible sustraerse de tu ausencia, del amargor que supone saber que se pedirá una caña de menos en cada bar, un plato menos en cada restaurante.
Pero lo más duro: un beso menos que dar...y muchos menos por recibir. No se cuanto más durará este ardor y esta impotencia. Me parece que vienen de serie.

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