domingo, 25 de enero de 2009

Tranquilidad activa

Fin de semana de los del año pasado, de no trabajar el sábado por la tarde, de hacer la ruta por el Alkalde y el Biotza. Domingo de tranquilidad casera y de cine en versión original después de escribir todo esto, mas ahora, tarde de radio esperando a que el Valladolid gane por fin un partido.

A dos metros de mí, Nuria maneja una revista mientras escucha una de Harison Ford. Oti me llama desde el Nuevo Zorrilla: Gol de Goitom.

Se cierra una semana de experimentos gastronómicos y de nerviosismo laboral. Los experimentos gastronómicos puede que aquí se queden, los nervios en Magallanes 3 continuarán mañana a las 9 sin remedio. Por lo menos, las flores de la semana pasada aguantan, y aguantan bien. Lavadoras, plancha, sofá.

Hay veces que una tranquilidad activa te mantiene vivo, ilusionado y con la mirada puesta al frente, aunque las revistas de diseño de interiores hagan sufrir y la nómina no llegue.

Curiosamente, antes de llegar al último año de la veintena, saboreo los silencios y las caricias, los sueños que duermen detrás de la puerta de entrada. Y hoy sobre todo, una alegría inusitada por ir al cine de tu brazo y por volver a acostarme a tu lado esta noche, antes de que el trabajo y los jefes nos separen de nuevo durante todo el día.

viernes, 16 de enero de 2009

Abrigo

El martes me metí en un abrigo que me quedaba pequeño, y viajé hasta una vida ya enterrada. También tuve que ponerme lentes de grafito para mirarte de nuevo y no moverme. Reconozco que me costó en un principio, pero después volví a oler a fantasía y recordé mis sueños de entonces, mi sonrisa, mi locura.


He cambiado mucho en las formas, es cierto, pero también es cierto que nunca encontré sustituto. No en profundidad ni en importancia, pero si en la función. Y allí estaba yo, delante, intentando ponerte al corriente de una vida que para tí se paró hace años.


Y al final la carcajada, los recuerdos.


Bocatus: la Kawasaky, la pingüino, el besugo y Michael Bolton. Nuestra visita furtiva a Medicina y tu pomo de puerta en el maletín. Bujedo. José Fernando Soto. El Berru. La Plaza Circular de noche. El Vichy Catalán. Carnavales. Queen. Poesía. Deus Espiritus
. Y más.


Fue un día distinto, como todo lo que hicimos en el furor adolescente.


El abrigo del lunes era pequeño, pero me sentí caliente.

sábado, 10 de enero de 2009

País de nieve

El año siempre acaba con nostalgia y comienza con ella. Pero la nostalgia también tiene estos días color y olor a nieve. Ayer el día me regaló un recuerdo, una vista, una imaginación. Ayer mis pies volvieron a sentir el chasquido de la nieve, ayer mi boca paladeó su sabor y mis manos su tacto. La nieve me lleva irreediablemente a aquel día de hace casi tres años, me lleva al Pais de Nieve con alas de frío y de cristal.

Aunque lo que no me trajo la nevada de ayer, es el silencio de la nieve. En Noruega la nieve acompaña al ambiente, a la montaña, al agua que discurre por los fiordos y los lagos. La nieve se escucha en el silencio de la luz tenue de las ciudades, en las casas donde la gente se resguarda del frío. Eso, por mucho que nieve en Madrid, no lo podemos tener.

Y reconozco que ayer sentí más que nunca ganas de volver, y así caminar de nuevo por el Pais de Nieve.