viernes, 11 de marzo de 2011

Semana intensa

Amanecí a esta semana el martes por la noche. Me despertaron los rayos de tu delicia, tu ilusión en forma de cámara de fotos brillante. Captaste todo lo que él te ofreció, su voz era un instrumento hecho para ti, sus gestos, su libertad. Fuiste un sueño durante el par de horas que cumpliste tu anhelo de tenerle más cerca, será que la cosa va de “James” en tu vida. Y yo a tu lado observando aquel torrente de energía que eran tus aplausos, mientras intentaba escuchar cómo cantabas para descubrir uno de tus últimos secretos. Y ya en el frente, un nuevo plan para volver a encontrarle pronto.


Segundo asalto ayer jueves, en forma de ruedo alargado de madera. Mesa llena de clase, educación y amor por el toro. Pasó fugaz el tiempo en Casa Miguel, sede de la “Peña Taurine de Bruselas” a la que por suerte me decidí a pertenecer. Y por unas horas se esfumaron fantasmas que nos acompañan a menudo. Y en mi recuerdo, la serie de naturales de Curro Romero a aquel toro en Antequera, y el deseo compartido de un futuro acompañado.


Y sin pestañear, maleta hecha para conocer la ciudad de las bicicletas. Un regalo que me llevo por partida múltiple en este fin de semana que culmina una buena racha de ilusión y positivismo. Porque el regalo no es el hotel, ni las vistas. Llevo puesto éste mi regalo de continuo, tras recogerlo cada mañana en tu beso somnoliento y en el calor que se desprende de tu cuello.