viernes, 30 de noviembre de 2007

Juan Gelman

El premio Cervantes de este año ya tiene dueño, más que merecido, y es el poeta argentino Juan Gelman. Conocí a este escritor -quien lo diría- gracias a la película de Eliseo Subiela "El lado oscuro del corazón". Allí brillaban con luz propia los poemas de mi idolatrado Benedetti, Oliverio Girondo y el propio Gelman.

Fuera de la terrible vida personal que ha padecido, Juan Gelman es un verdadero transgresor del alma humana, uno de esos escritores que destrozan tus sentidos, tus recuerdos, tu vida, tus ausencias, tus errores...toda tu personalidad, en la forma y momento justos.

Recomiendo encarecidamente su lectura, aun a riesgo de contraer dolencias cardiacas que saquen, tal vez, lágrimas del pozo negro de nuestros ojos.

Y para muestra, éste poema que puede resumir miles de vidas, y que resume mi sentir actual (o una parte de él)

Preguntas


Ya que navegas por mi sangre y conoces mis límites
y me despiertas en la mitad del día para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mi
dime qué diablos hago por qué te necesito quién eres muda sola recorriéndome razón de mi pasión por qué quiero llenarte solamente de mí y abarcarte acabarte mezclarme a tus huesitos y eres única patria contra las bestias del olvido.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Mañana (O)

Pensar en tí me llena de tristeza, de impotencia, y creo a pies juntillas en el mal fario si veo tu currículum. Me espanta esa máscara que te pones a veces como disfraz de día, porque no te reconozco si la usas. Yo si que se cual es tu verdadero rostro, ese que ha enmohecido el inmovilismo autoimpuesto, la rendición ante los elementos y al día a día.


Si tuviese que comprar un palacio, sería para tí, si tuviese que pedir un deseo, para tí sería, porque la injusticia se ha cebado sobre tus ojos de niño inocente y aspirante a feliz.


Siento que te quiero con locura, pero te alejas y me dejas solo, y te encuentro a centelladas en algún gesto o palabra que se te escapa. Y eres el más huérfano, el más desdichado, y creo que nos lo tomamos a broma muchas veces antes de que viésemos al lobo, no te tomamos en serio cuando gritabas en silencio muchas cosas.


Me duele que haya gente que no pueda conocer a Padre, pero más impotencia me crea que no te conozcan a tí, príncipe de mi infancia, porque tú si que estás aqui para reivindicarte y no lo haces, cavando con lágrimas de aire un túnel que no lleva a ningún sitio. Si yo pudiese hacer algo, si pudiese aliviarte, si pudiese verte arriba, muy arriba...


Te quiero tanto que, por respetarte, ni siquiera puedo decírtelo. Ojalá la vida fuese un espejo de Piñeres y te viese respirar paz de continuo, a tu lado, y a la salida nos esperase el éxito que mereces.


Mañana
te veo, y te diré todo esto con mi abrazo más puro.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Imposible

Abrazo la ternura de tu beso postrero, aquel que recibí cuando entré de nuevo en el salón por haber olvidado el cargador del móvil. Muchas veces pienso que aquel olvido no fue casualidad, que también estaba escrito para que pudiese despedirme de tí a solas, aunque sin saber en ese momento que era una despedida.
Al salir, te miré desde la puerta a través de la rendija. Estabas de espaldas, inmóvil y solo, porque mamá estaba despidiéndonos en el coche. Es triste, pero es la última visión que conservo de tí, porque lo que me encontré el martes por la noche ya era tu sombra languideciente. Me viene una y otra vez esa imagen, esas últimas palabras "Trabaja, hijo, nos vemos el sábado", y la forma en que me acariciaste la cara y me sonreiste.
No puedo papá. No soporto tu ausencia.

martes, 27 de noviembre de 2007

Años y hombros

Según abría el programa para actualizar, pensaba en escribir mil cosas, hablar sobre tu cumpleaños (o más bien tu no-cumpleaños, al más puro estilo de Alicia en el país de las maravillas) o sobre el accidente que tuve el otro día jugando el partido semanal.
Pero al final, empezando a escribir, van y me dicen que tengo el hombro roto y puede que queden secuelas, dependiendo de si muevo el hombro o no lo muevo, de si hago bien la rehabilitación o no la hago. Y en el fondo, la duda de cogerme o no la baja laboral, con tanto trabajo como tengo encima de la mesa. De momento, ayer y hoy he acudido a la cita con Magallanes 3, pero el bombazo inesperado me ha dejado bastante tocado y no se como reaccionaré los días venideros.
De momento, en breves minutos saldré a tu encuentro, tal vez a celebrar la fiesta que por salud de ambos no pudimos celebrar ayer. Tal vez un lugar tranquilo donde mirarte y que se pase el tiempo, tal vez otra peli en el sofá, o tal vez un paseo para estrenar tu boina francesa, que te convierte en una estrella del amor a todos los efectos. Lo que sea pero contigo y en paz, que demasiado tengo por dentro.
Y en mi cabeza, aquello que me dijo mi padre hace siete meses, cuando me apunté al equipo de fútbol de la empresa "Ten cuidado hijo, sobre todo que no te pase nada".
Ya ves, Juanito, la he vuelto a liar, lo siento.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

N

Te dejo en la mañana y te mueves a trompicones, como a golpes del sueño que se esfuma. Es todo lo que conservo de tí hasta que vuelves a aparecer, y entonces el sueño es mio, pero a diferencia del primero éste es real. Los días en los que la lengua de Moliére me lo permite, ese momento llega aderezado de especias, de pescado recién llegado a la sartén o de plancha de estreno que rebaja las calorías. Qué alegría recibir tu abrazxo estos días en que el fríod e la lluvia me acompaña camino a casa, y qué dolor el abrazo con el que me despido del calor de tu ronronear en el sofá.
No hablo de aquellos en los que espero hasta la noche, preso de obligaciones autoimpuestas en forma de gimnasio, cañas o deporte. Es entonces cuando realmente pienso que es un premio el abrir la puerta cantando y encontrarte.
Y aunque me queje del frío de tus pies en la alcoba, en realidad adoro ese momento que para tí es "el mejor del día" porque soy parte de él.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Un Sueño demoledor

Hoy ha sido uno de esos días en los que un sueño vivido durante la noche te marca para el resto de las horas de la jornada.
Iba en un metro cuando divisé claramente a mi padre y a Enrique. Conversaban animadamente y se reían, y mi padre tenía a Enrique cogido del brazo, como en aquella foto que circula por casa. Me acerqué presto a abrazarles, y mi padre acudió a mi encuentro con una sonrisa enorme y su típico: "Qué pasa Jaimillo". Después abrazé a Enrique, que me golpeó cariñoso la cara diciendo aquello de "Qué hay, Ciencia". Me preguntaron por el trabajo y por Madrid, y recuerdo que Enrique me dijo: "Me ha dicho tu padre que estás con una gachí que quita el hipo" y hablamos sobre mi convivencia con Nuria. De repente, el metro se paró y se abrieron las puertas. Mi padre y Enrique se disponían a salir, y yo me apresuré a hacer lo mismo para seguir estando con ellos. De repente, Enrique me paró y me dijo "Chhhhhh, ¿Dónde vas?, tú con los julais" Mi padre se rió y me dijo "Esto es pa profesionales, hijo, ¡adiós!" Y con las mismas, se bajaron rápidamente del metro, y me despidieron desde el andén, mientras el metro arrancaba y yo les miraba impotente desde dentro.
No se si el sueño me ha dejado más jodido que contento, no se muy bien qué pensar de todo ésto. De lo que estoy seguro es que cada vez que suba en el metro miraré inconsciente a mi derecha para encontrarles. Por lo que a mi día de hoy respecta, creo que una parte de mí aun sigue en ese metro, vagando errático, con una mezcla de sabores terrible, entre lo dulce del encuentro y de la charla y lo amargo de una despedida más.
Ni que decir tiene que me he despertado llorando.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Jueves

Hoy es un jueves atípico. Jueves sin "Rey", jueves de prisas y de fuego. Pero ahora, en esta tarde que ya es noche, es jueves de paz y de calma, jueves de brisa fresca en el mar que enrojece las mejillas y de niebla en lontananza. No hay ruido desde esta azotea de mi jueves, y apetece chimenea, lectura, silencio acompañado en larga noche que finaliza temprano, a eso de las once. No puede haber chimenea en este jueves (la habrá dentro de tres semanas) pero hay chasquidos que me suenan a corcho de vino y a bizcocho salido del horno. Y en nada, el Amagüestu de Quintana y la fiesta de Piñeres en su túnel, que también serán en jueves. Me gusta imaginarme todo eso en este día en que el sonido del teclado me adormece.
Es jueves de música clásica en el ordenador de Paco, de chistes y de llamadas telefónicas a traición de un Luis que no es tan Luis como parece. Todas éstas sensaciones me han hecho acordarme de mi amada Noruega (en una época en la que aun no tengo la nostalgia en nivel rojo). Me gustaría salir a pasear y sentir el invierno de nuevo en el fiordo. He de volver a escuchar esa sinfonía de ruidos en su rivera: la nieve cayendo sobre el hielo, el hielo recibiendo la nieve, el agua que circula bajo el hielo...también llegué a Noruega un jueves.
Es jueves con aroma de viernes, o más bien con sombra de domingo tras un domingo. Pero sobre todas las cosas, este jueves quisiera aparecer como por arte de magia en el atardecer de Cuerres, en los cantiles, y sumergirme en tu mar desde arriba para hablar contigo y tocarte de nuevo. Creo que solo así podría alcanzar esa paz definitiva e idílica que me sugiere este jueves.

martes, 13 de noviembre de 2007

Detalles

Hoy Víctor ha tenido un detalle de esos que se ven poco, o por lo menos, de esos a los que yo, personalmente no estoy acostumbrado, porque en contadas ocasiones he disfrutado de un gesto como éste.
Sin entrar en detalles, hoy Víctor ha tenido que elegir y me ha elegido, ha tenido que postularse y me ha defendido. Sin hacer ruido, sin gritar, sencillamente ha hecho lo que le ha salido de dentro, y lo que le ha salido ha sido honestidad y consecuencia.
Como he dicho, uno no está acostumbrado a que hagan éstas cosas por él, y por eso soy capaz de valorarlas como se debe. Son detalles que valen más que una comida, o que un café, son contratos que se sellan con la mano virtual del "hacer" y no del "decir". Cuando se lo he comentado a Ruth, a ella no le ha extrañado de Victor. A mi tampoco, pero esto es como confirmar en Las Ventas y salir a hombros.
Cada vez estoy más convencido que lo que uno adquiere en su madurez tiene más autenticidad y más valor. A decir: amor y amigos. Y no me puedo quejar de los frutos que recojo: están maduros.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Antes de ir

Me pegas otra patada en las costillas cuando giro la esquina, en plena calle, justo al pasar por el tenderete de castañas asadas. Miro tu bota (la del golpe) y me doy cuenta que es la misma que yo llevo, qué ironía. Y si me miro en el espejo de la plaza, veo en él mi piel de asno y las magulladuras de tus golpes, todo en uno.
Mañana salgo repleto de abrigos y de bufandas, a combatir el frío que dejan las sombras cuando se desvanecen...¿o eres un Peter Pan del siglo XXI y todavía vuelas libre por los tejados y las islas?
Y no hay kleenex para nada. Ni para la sangre, ni para las lágrimas ni para el vómito. Y mucho menos si al abrir la boca me doy cuenta que no es saliva lo que tengo en mi interior: es que me suda la lengua.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

"Mi Reborín querido"


En el idílico oriente asturiano, se asienta en el pueblo de Villahormes una obra que no pasará a los anales de la arquitectura, pero que posee en si misma dimensiones faraónicas por su significado, pos lo que supuso y supone. El sueño de mi padre hecho realidad. Qué poco lo pudo disfrutar, y con qué cariño hablaba continuamente de él..."Mi Reborín querido" decía siempre.


No vuelvo al Reborín desde Agosto, cuando pasé las vacaciones con mi madre, y puede que este fin de semana lo pase allí. Allí está él, en el porche, en el chigre, debajo del roble y de la acacia, y allí voy para estar con él en cada palmo de terreno y de aire nuevo.


Siempre me dio pena que el Reborín pasase tantas épocas vacío. Desde hace unos meses, pienso en la casa y se me vienen muchas cosas a la mente, pero lo que ya no tengo es la sensación de que esta vacía. Porque no lo está.

martes, 6 de noviembre de 2007

Duda

Me carcome la duda. Mañana hay partido de fútbol, y en teoría he de defender las mallas de Empresarios Agrupados en el primer partido de la segunda fase...pero es que mañana presenta nuevo disco Juan Moneo "El Torta", en el colegio de Médicos, a la misma hora.
Hoy Nuria y yo hemos quedado con Román a tomar unos vinos y a charlar sobre arte...y la balanza se puede desequilibrar.
¿Fútbol o Flamenco?

lunes, 5 de noviembre de 2007

Resaca

De tus fotos por las paredes. De la ausencia de vino en la bodega. De lo grande que puede resultar la casa nueva. De los ecos de "El Reborín". De los buñuelos que no te comes. De tu crítica a los buñuelos. De tu nieto, hermosísimo y sangre de tu sangre. De tu mujer, destrozada. De mi madre, cariñosa. De tus hijos, perdidos. De mis hermanos, ausentes. De las lágrimas de "Moby" y de César, y de la frasca de chupitos que nadie tocó. Del silencio tras la comida (ya nadie ronca en la siesta) y de que nadie se "escape" con sigilo a echarse en el sillón.


Resaca, de lo inmensamente solos que estamos sin tí. Me cago en la puta enfermedad que te apartó de nosotros. No es justo. Nada lo es.

viernes, 2 de noviembre de 2007

De serie

Marcho de nuevo hacia Valladolid, con la mente puesta en lo que espera este fin de semana. Es imposible sustraerse de tu ausencia, del amargor que supone saber que se pedirá una caña de menos en cada bar, un plato menos en cada restaurante.
Pero lo más duro: un beso menos que dar...y muchos menos por recibir. No se cuanto más durará este ardor y esta impotencia. Me parece que vienen de serie.