viernes, 27 de agosto de 2010

Profecías

11 de Enero de 2007. En aquel tiempo, vivía el comienzo de mi nueva vida, con una expectación que aun me sobrecoge y que revivo día a día cuando te veo en la tarde. A las 17.05 me disponía a escribirte un nuevo mail, una nueva muestra, un nuevo sueño. No se qué ocurriría pero nunca llegue a enviar aquel mensaje, tal vez se fue la luz, tal vez tuve que salir de casa, tal vez quería revisar el contenido del mismo más adelante. Nunca salió de mi buzón.



Hoy me he dado cuenta de que había un (1) en la carpeta "Borradores" de mi vieja cuenta de correo. Lo he abierto y me he regalado la más bella profecía que entonces podía albergar. Y he constatado que todo lo que entonces anhelaba, forma ya parte de mí. Es un mensaje inacabado, que no necesita un final para adquirir la dimensión perfecta, intacta a día de hoy. Y ahora entiendo lo que yo mismo imaginaba entonces.



No podré con el peso cuando llegue. Me sorprenderá en la mañana, mientras preparo con esmero el nuevo día. Cubrirá las arrugas de mi piel y borrará toda esencia de mis ropas. Tendré sed, y no habrá lentes que eviten mi ceguera. Ceguera irremediable antesala del descanso, de la tranquilidad y la sonrisa. En ese momento, lavaré mis manos para recibirte, pero estarán sucias ante tu pureza. En efecto, llegará y acabará con todo lo conocido, con todo lo existente. Memoria y olvido serán una misma cosa, y el día será eterno. Tu figura desaparecerá entre la luz blanca, y me darás la mano, y al instante será una la pureza, será único el ambiente. Nuestros pulmones, infinitos, absorberán contaminantes y perfumes, y saldrán limpias las palabras, libres surcarán el espacio y el tiempo hasta encontrarse y a la vez perderse.

martes, 17 de agosto de 2010

Otoño temprano y boda del Torrija

De repente en Bélgica el tiempo ha avanzado vertiginosamente, y nos hemos plantado en un mes de agosto que mas bien parece octubre. Llueve atronadoramente y el cielo emerge gris y amenazante, como aclarando que esto acaba de comenzar. Y aunque sabido es que el calor y yo no somos amigos, por un momento he pensado en el sol de Madrid. Más que eso, empiezo a ser consciente del cambio y de las cosas que ahora no tengo, otrora cotidianas. Y puede que el silencio del trabajo ayude a que mi ansiado ascenso sea más rápido, pero también me acuerdo del bullicio de la 10 de Magallanes 3, y sobre todo del fortín que era la añorada planta 8. Aquí no subo escaleras, tampoco las bajo.

Pero llego con humor guiado por mi veloz corcel de acero, desayunando en una cocina que apesta a nuevo, y dejando tras de mi nuevos muros radiantes que claman porque mi ilusión plasme en ellos la decoración más acertada. Las puertas de Pierre Decoster 96 son a prueba de coletazos (lo cual es tranquiliazdor para la familia) y ya hemos recibido nuestra primera visita, que se quedará con nosotros algunas semanas. Ramón irá adelgazando cada noche mientras nos hace felices y nos acerca los sabores ibéricos patrios .

Y este fin de semana , visita relámpago para coger aire y sentir lo fácil que es volver a España cuando sea necesario. Viaje a Badajoz a la boda del Torrija. Es el Torrija el más grande cantaor que ha dado la Tierra, el más puro y jondo en mi corazón. Hubo un tiempo en que Torrija , acompañado del Tormento y el Nevao, surcaban los bares de Valladolid con su flamenco castizo y sus ganas de beber vino y de reir. Y aquellos bares enmudecían con su arte y su tronío. En la mesa vino y callos, cualquiera que fuese la taberna que les acogiese. Y cómo olvidar su gira por Galicia y Portugal, su glorioso disco del que se vendieron todas sus copias. Su música, que no pasará a la Historia, volverá a escucharse este viernes en Alange en honor del Torrija, que desgarrará con su cante el calor de la noche. Me emociona este reencuentro musical, y estos días voy repasando tema a tema, letra a letra, e intento escribir un final para "La Vecina", postrera canción inconclusa que tanta fama nos dio, como si de la octava sinfonía de Schubert se tratase.
Este fin de semana volveré a oir aquel nombre, en el ambiente preciso. Y entonces dirá el Tormento: Arráncate, Nevao. Y se armará el lio gordo de aplausos y de lágrimas.