viernes, 30 de mayo de 2008

Revivir

Comienza a llover en Madrid a esta hora, cuando la tarde duerme en una oficina casi desierta y tranquila. Observo el horizonte, los altos edificios, y al fondo diviso la Sierra por donde pasaré con el coche en un par de horas, rumbo a Valladolid.


Mientras tanto, escucho a Luis Alberto del Paraná en mi ordenador, y te veo cantando en el porche de Mojados. Si me quedo quieto, escucho tu voz en lo más profundo, y allí estamos todos contigo y el rasgar único de tu voz y tu guitarra.


Mi mente viaja estos días un año atrás y lo revive todo: los puentes de mayo juntos en Asturias, nuestras conversaciones, ese silencio que se iba adueñando de tu espíritu poco a poco, el miedo que tenía de perderte.


Y aquel viaje a Barcelona para conocer a tu nieto Juan, que este domingo cumple un año.


Y el tiempo pasa inexorable, pero no aleja el olor de tus manos de mi memoria.

jueves, 29 de mayo de 2008

Imaginando planes

Al fondo, empiezo a ver la sombra de los cambios que están por venir. Lo bueno es que no me agobia lo más mínimo: todo lo contrario. Tengo ganas de comenzar nuevas búsquedas, nuevas sensaciones invernales en un nuevo hogar.


Tengo ganas de añorarte de nuevo en la distancia, de esperarte (a tí que me esperaste mucho más), de coger el avíon transoceánico y abrazarte, y ver cómo te ha cambiado el gesto el aire neoyorquino.


Planear cosas es un deleite si los planes vienen ya aderezados de ilusión y de certeza, y si de antemano se sabe que contigo solo puedo aspirar a ir a mejor.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Pequeños milagros

Esta claro que uno puede esperar de la vida muchas cosas. Como el hecho de que se te pierdan unas gafas de sol sin graduar en el metro y alguien tenga la decencia de llevarlas a objetos perdidos, y de que a un servidor se le ocurra pensar que lo primero ha podido pasar, las persiga y las encuentre.


Así es como en cinco días he tenido gafas nuevas, he dejado de tenerlas y las he vuelto a tener.


Gafas nuevas por partida doble y un milagro en el bolsillo. Y la sensación de que realmente, mi padre tenía más razón que un santo cuando me decía aquello de "Hijo mío, tienes una flor en el culo"

martes, 27 de mayo de 2008

Sucesos en la noche

Durante el día se apodera de mí una pesadilla que tuve en la noche, y de la que apenas recuerdo detalles vagos. Tan solo recuerdo la sensación de angustia, de sentirme atrapado y sin capacidad de respuesta. Y de repente, abro los ojos en la oscuridad inundado en sudor de ese que no empapa, sudor de miedo. Mientras respiro con fuerza miro el reloj; son las 6 y aun queda tiempo para redimirse. Te miro y casualmente tu rostro mira al mío, con la diferencia de que el tuyo está plácido y sereno.


Y la luz mágica de la noche me presenta tu figura y tu calma, y me inundas de tu paz. Y sin esforzarte, sin pensarlo, me sacas del abismo y la tiniebla y me arropas y proteges, sin ni siquiera mover las manos, que se esconden debajo del edredón.


Y sin que te des cuenta, te acaricio la cara y te agradezco el salvamento con un beso que cruza el silencio de la madrugada, y que se aloja tranquilo en lo más profundo de tu sueño.

lunes, 26 de mayo de 2008

Morante

Y entonces, bajo la lluvia, admiré de nuevo a Morante. Si algo se puede decir de Morante, y que nadie puede negar, es que es distinto. Yo, después de esta aseveración, añadiría que es único.


Morante paró el tiempo en Las Ventas el viernes, hizo que durante unos minutos, cesara el murmullo de la plaza y tan solo se escuchase el compás de la lluvia en los paragüas, interrumpido por Olés que salían del centro de la Tierra. Olés de Madrid de esos que no engañan, como dice Enrique, olés profundos y desgarrados, de arte que viaja desde la muleta hasta el alma.


Él es el único capaz de hacer eso. Deleite, pasión, entrega, valor con mayúsculas.Y con el segundo aviso, se echó la muleta a la chocha y acabó con un kikiriki sacado del congelador. Y nadie se fuma un puro como Morante, nadie es capaz de hacer Arte quitándose las zapatillas, ni de lograr ese silencio que era casi oración en la espera.


Sencillamente, creo queMorante es distinto porque cuando pisa el albero, toda la gente espera algo de él. Y eso hoy en día es un todo un milagro taurino.

jueves, 22 de mayo de 2008

22 de mayo, parte II: 2 años

A veces, pasan los días lentos, bañados en el azul del recuerdo, otros en cambio son acelerados y rebeldes, estimulados por la esperanza del futuro. Lo primordial en todos los casos es acompañar los días con un buen respaldo a la cabeza.

Yo tengo un respaldo, tengo una cosa que son muchas. Basicamente tengo una mano a mi lado que me guía, me sostiene, me acaricia y me estimula.

Hace dos años, me encontraba en mitad de mi Erasmus disfrutando de una visita y un encuentro. Recuerdo muy bien cuando abrí la puerta de mi casa por la mañana para coger el bus a Madrid. Al salir por la puerta, toqué el dintel como cuando me dirigía a un examen de la carrera, en una forma de desearme suerte.Esa mañana hubo silencio en el móvil, el silencio del que aguarda con expectación un acontecimiento. Con parsimonia aparente pasé del bus al cercanías y allí esperé en Atocha a que llegase el Talgo de Tarragona. Y tras perdernos, nos encontramos, y hasta mi llegó tu figura y tu perfume en un abrazo que aun continua, dos años después de descubrir mi futuro en apenas nueve horas.

Mi mano en tu muñeca, la pulsera azul de LLanes que también aun permanece en su sitio. Y una promesa y una ilusión casi irreverentes, un pulso al destino y al azar. Y la casta y la pureza de unos gestos y unas palabras que se pegaron al alma y a la piel.

Tren de vuelta. Nervios, locura teñida de tristeza y más de dos meses de espera por delante hasta tu vuelta.

Desde ese día creo en nuestro milagro, divina realidad en nuestro día a día. Hace dos años te pregunté bajo la sombra del Retiro si me dejabas quererte, y tu beso habló en mil idiomas para responderme unánime. Y aunque han venido mal dadas desde entonces a nuestro alrededor, todo me ha servido para ver tu lado auténtico muy pronto y acrecentar mis certezas sobre tí.

Vuelve a aceptar hoy esta promesa renovada de energía. Vuelve a abrazar mi entrega y mis debilidades, y dame a pizquitas ese misterio que te invade en cada palmo.

Hoy, dos años de aquellas acciones que compramos a peseta y que ahora valen millones. Y la sensación de que soy mejor y quiero más de la vida si ves la película entera conmigo hasta el final.

Felicidades Nuria. Gracias.

22 de mayo, parte I: La Indignación

Ayer salí indignado de Las Ventas. Yo no soy un Cossío andante, ni mucho menos, pero tengo mis lecciones aprendidas y varios Maestros que me han enseñado lo básico. Ayer, en la decimocuarta de feria, había muchos, muchísimos que no sabían a lo que habían venido ni lo que habían visto.

Sobre el albero, un plantel de lujo y una tarde que olía a cosas grandes. Tenía ganas de ver a Morenito en una sustitución ganada a pulso, y no me decepcionó en absoluto. Torero de clase, de hechuras claras, pose y temple. Morenito sacó el Capote del armario y dio dos verónicas y una media de escándalo. Muleta clara y sin cera. El de Aranda tiene los muslos anchos, y huele a torero rancio cuando se apoya en el burladero.

A Castella le salió medio toro y una estafa. Con ganas y valiente, poco pudo hacer, especialmente porque el segundo se rajó pronto y el quinto era inservible.

Pero vayamos con Ponce. Ponce, fruto de mi indignación. Ayer Ponce dio una lección de Tauromaquia, de saber hacer y de entrega. Ayer Enrique Ponce parecía recién salido de la Escuela, un novillero novel, en lo que a ganas y valentía se refiere. La clase magistral llegó con el cuarto, faena de torero grande, de figura, de vídeo, toro incómodo y protestón de esos que molestan a las figuras. A Ponce no le molestó fajarse en la cara del toro, cruzarse al pitón contrario y luchar por cada muletazo. Ponce sacó muletazos como quien saca agua exprimiendo un grano de café con la mano. Y se jugó la vida estando siempre por encima de los toros, haciendo(me) disfrutar de un toreo de los que enseñan, una enciclopedia.

Y luego, la indignación de soportar los pitos y las palmas de los tendidos (no de todos). Si ya el otro día me pareció que el público había sido injusto con Fernando Cruz, lo de ayer fue un escándalo. La palabra injusticia se queda corta, fue crueldad pura y dura. Pero la sensación que tuve fue de que la gente entra a los toros a ver toreo de salón sin entender la faena, sin atender a la lidia, sin estudiar al toro.

Ayer la gente pitó a Ponce a bulto, porque tocaba, porque quedaba bien pitar a Ponce y que se viera por la tele “lo duros que son los de Madrid”.

Pues ayer, el público de Madrid se llevó un cero. Y digo público, porque ayer no parecía haber aficionados en Las Ventas.

martes, 20 de mayo de 2008

Puente y milagro (reencuentros)

Puente de San Isidro en Pontevedra. Parece mentira que después de tanto buen comer y beber, me de cuenta de que eso ha sido una mínima parte de todo lo que he vivido estos días. La mayor parte ha sido cariño a borbotones, de ese que se da sin pensar y sin medir. Un cariño que guardo en el desván de la memoria, aquel que también regalaban mis padres, aquel del que nos vemos privados todos desde hace diez meses.


Cada vez que vuelvo de Pontevedra, medito sobre muchas cosas, sobre la vida misma. En casa de Nuria, las sonrisas valen doble, al igual que las canciones y los chistes. Y también vale doble que tus chistes hagan gracia.


Tras el regreso, tarde de transistores aplacada por el gol de Llorente, y el Valladolid, otra vez en primera.


Y ayer, haciendo la cena, sonó un timbre de otro tiempo. De repente, sin esperarlo, un viejo amigo subió las escaleras y me dio un abrazo anclado en el tiempo. Y volví a ver en su rostro la alegría y la ilusión, y leí en su frente la palabra "expectativa". Aun con el bigote congelado por el frío de la nevera, me contó una historia que me sonó a campanillas y me siguió abrazando.


Pero lo que siento ahora, en el momento exacto en el que se fragua su nuevo futuro en Majadahonda, es que el tiempo le ha devuelto justicia a Oti, aquella que siempre se rió a sus espaldas. Hoy le mira a la cara y le echa una cuerda de titanio, cuando el tren ya estaba arrancando sin él. Me siento muy feliz, tremendamente reconfortado y en paz con el día de hoy.


No estoy nervioso. Hoy he vuelto a ver en él la resolución y las ganas, la mirada franca y decidida, la esperanza y la convicción. Ayer apareció mi hermano por la puerta, cenó con nosotros y compartió sus nervios adultos. Regaló cariño del caro y le tuve a mi lado mientras intentaba dormir. Me acuerdo de mi padre, de la felicidad que le invadiría, y de mi madre, que ayer cenó su soledad diaria más alegre, aunque la cenó sola.


Y esta mañana le he preparado el desayuno con ganas desmedidas. Le he despedido con un abrazo eterno y aun tengo las presas de mis ojos activadas. Mientras tanto, espero su llamada.

miércoles, 14 de mayo de 2008

El tren de Diego Urdiales

La corrida de ayer dejó muchas cosas que remarcar, no ya por la bondad de diestros y ganado, sino por las lecciones de la vida misma que aprendimos los asistentes al coso venteño.

Ayer, a Diego Urdiales le pasó por las narices el toro de su vida, aquel que flota en los sueños de cama y oro. El primer toro de Carmen Segovia fue el único que sacó algo de raza y casta, noble cuando acudía al cite. Pese a todo, al toro le costaba embestir y requería su tiempo y su lugar. Y parecía que Urdiales le estaba entendiendo, dejándole respirar entre serie y serie, sin regoedarse en exceso. Diego se desquitó con un toreo clásico, marcando los tiempos y poniendo la mujleta en el sitio que el toro le pedía. El problema es que le pedía muchas más cosas que Diego no le podía dar.

Aquel animal era de puerta grande, un regalo. Diego Urdiales llevaba dos años toreando casi para los amigos y se lo encontró de repente tras una jugosa sustitución. Decía el Maestro Requena que"De donde no hay no se puede sacar" y si a las pocas plazas pisadas por el riojano le añadimos una condición y una figura escasas, obtenemos como resultado una oportunidad perdida, porque el toro se llevó consigo los trofeos.

Pese a todo, me fui con buen sabor de boca porque Urdiales dio todo lo que pudo, y eso es lo que se le debe exigir a un torero. Con el cuarto se entregó y no gastó tanto tiempo como en su primero. Le mató de enciclopedia y paseó un merecido trofeo global. Para la memoria a corto plazo: una tanda con la derecha, un de pecho fabuloso y un quite postrero, lo mejor de la tarde. Aunque tal vez lo mejor fuese la lidia de El Ruso, también en una tarde donde la lidia en si estuvo en cuarentena.

Fernando Cruz pagó el éxito de Urdiales con la incomprensión del público ante el peor lote, especialmente en el quinto, donde se arrimó y se entregó sin vacilar. El Capea, sencillamente no dijo nada. Y me indigna que algunos toreros (él en concreto) tengan tantísimas oportunidades solo por tener un nombre, sin merecerlo. Capea lleva ya dos años de oportunidades tristes.

Urdiales no. Ayer tuvo una y se la llevó al hotel. Es cierto que ayer le pasó el toro de su vida, o como vulgarmente se dice, el tren de su vida. Lo que ocurre es que hay trenes adaptados, y trenes que no lo están. Y el tren de Diego Urdiales, no estaba adaptado para él.


Bravo, torero.

jueves, 8 de mayo de 2008

Para mañana

Si te parece, he pensado en algo para mañana. No he tenido tiempo de comprarte nada, pero después de tanto tiempo, prefiero que estemos juntos y tratemos un par de temas.

Pero ahora que lo pienso, ese es el único plan que tengo, estar contigo. Tengo que hablarte de varias cosas que me preocupan, preguntarte, escucharte, mirarte. Podemos tomar unos vinos por el centro, siempre he querido volver contigo a la marisquería a la que fuimos cuando hice la segunda entrevista para entrar en la empresa, ¿te acuerdas de los carabineros que nos comimos?

Y luego, por la tarde vamos a los toros. Sabes que tenemos pendiente ir a Las Ventas. Torea el Fundi...ya se que no te gusta, pero es lo que hay. Saborearemos el aire de Madrid en una tarde de San Isidro y pasearemos por el tendido con pies de plomo.

Y por la noche, iremos a cenar con Nuria, que tiene muchas ganas de verte, ¡y tiene tanto cariño que regalarte, tantas sonrisas que dedicarte! Y lo más importante, ¡tiene tanto que recibir aun de ti! Le llenarás de tu poso y de tu humor, de ese toque que solo tú tienes y que no das a cualquiera.

Tal vez sea un plan exigente, pero si te cuesta venir, si aun te duelen las piernas y estás cansado, me conformo con que me dejes estar sentado junto a tí todo el día y que me des calor con tu mano, esa mano grande y paternal que tanto necesito y que flota por las nubes de mi alma.

Feliz cumpleaños, padre.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Conversaciones

-¿Qué había en la bolsa de basura que pesaba tanto?

- Las verduras, que las tuve que tirar. Lo que olía mal en el frigorífico eran los calabacines y las zanahorias

- ¿No eran los espárragos?

- No, eran las verduras. De hecho estaban llenas de moho

- Aaaaaah

-Y también tuve que quitar el hielo del último cajón del congelador, que no cerraba bien

-¿El tercer cajón?

- Si, estaba fatal y le quité todo el hielo. Ahora ya abre y cierra bien

- ¿Y por qué abriste ese cajón?

(silencio)

- ¿No lo abrirías para comerte un helado?

(nuevo silencio)

- Bueno...uno pequeñito

(risas y abrazos)

- ¡Si es que no se que voy a hacer contigo!

- Y... ¿me puedo comer otro heladito?

lunes, 5 de mayo de 2008

Barcelona

Necesitaba parar, irme a los medios y darme tiempo. Y qué tiempo.

AVE a Barcelona, dormir en casa de mi hermano. Casa nueva. Desayuno en terraza, bus 39, Pau Claris-Aragó. Paseos, sol, mitjanes, charlas continuas, arrumacos al estilo guiri. Caricias de porcelana, cansancio, despertador conocido.


Piramidón, caracoles en salsa, Hangar, el tranvía soñado. Barbacoa con velas, cama de agua.


Tarragona, recuerdos compartidos, caprichos de mar, segundo baño de mi vida. Más cansancio.


Gavá, Adela, Rufo, Rocky, Jordi, la tortuga y demás miembros del circo. Divino circo del cariño. Limpieza, nervios, cama de fuego, despertador intempestivo, legañas de cemento. Contenedores de basura que no se abren y el taxi del silencio. AVE a Madrid con señora de peli de Buñuel.


Un adiós doloroso, trabajo liviano, un rechazo a una propuesta. Y la espera. Hasta dentro de diez minutos cuando vendrás a mi puerta a recordarme cual es el sentido exacto de todo lo que hago.


Cine. Cama de nubes.