martes, 28 de octubre de 2008

Cabeza fría

Me costó llevarla al principio, pero con los años se ha hecho imprescindible en mí. Por ella he sido amenazado e incluso ridiculizado, hasta que finalmente me volví inmune a las opiniones de los demás.


La he llevado por Galicia, Barcelona, Asturias, Francia, Noruega, Alemania, y como no, en las ciudades donde más he vivido Madrid y Valladolid. Siempre juntos en paseos de todas las índoles, aplacando soledades y nostalgias, ayudándome a descubrir una parte de mi ser.


Hoy, con la llegada del frío, mi cabeza se siente solitaria y desnuda. Hoy, entre otras cosas, echo de menos mi boina, que aguarda en un armario en la casa de mi madre, esperando a que el sábado acuda presto en su rescate.


Ya llego. Espérame.

lunes, 27 de octubre de 2008

Otoño (Seminci)

Recientemente leí en el blog de Munlait que el Otoño no comenzaba en Pontevedra hasta que no aparecía la castañera de la Herrería. El comienzo de mis otoños los asocio siempre con uno de los eventos que más feliz me ha hecho a lo largo de mi vida, del que tanto he aprendido y al que tanto debo: La Semana de Cine de Valladolid.


Mis primeros recuerdos se van a mis 15 ó 16 años, cuando me escapaba por las tardes para ver alguna película al tun tun. Ya con los 18, en plena fiebre cinéfila, me tragué todo lo que pude, y con la Universidad llegaron los novillos y los días enteros comprando las entradas para el siguiente día. Recuerdo que llegaba exhausto después de tres o cuatro películas, pero anhelante de cine. Y aquella sensación de libertad que me invadía cada vez que sonaba la musica que presentaba la película. Era entonces cuando me pegaba a la butaca y el reloj se paraba. Eran momentos de descubrimiento, de aprendizaje, de debate interior. Fue la época que consagró mi amor por el cine, que siempre había latido en mí desde pequeño.


A la Seminci le debo haberme encontrado con Egoyan, Angelopoulos, Paskaljevich, Yimou, Guediguian...y en mi mente se agolpan detalles que poco a poco han ido forjando mi propia ideología sobre el cine. Y aunque últimamente el estrés de la vida no me deja disfrutar a diario de mi gran vicio, tengo anotadas todas aquellas experiencias cinematográficas que aun estan pendientes (bien sea por experimentar por primera vez o por revivir).


Pienso que el cine es, sin duda un arte. Y también pienso que es muy complicado hacer buen cine, hacer llegar al espectador lo que realmente se desea transmitir. Pero cuando un director lo consigue, es cuando el cine adquiere su sentido de expresión vital, y no de simple narración de sucesos.
H

oy, añoro desde Magallanes 3 aquellos días, y pienso cuánto me gustaría volver a aquellas butacas rebosantes de sueños y de vida. Mientras escribo, el Teatro Calderón se prepara antes de la emisión de la película de las 19:30, uno de mis horarios preferidos.


Ahora, desde mi vida en Madrid, no hay tiempo ni siquiera para analizar las películas a concurso, pero el recuerdo y la nostalgia golpean con fuerza este comienzo de mi Otoño. Y si vuelvo atrás el sentimiento, se me ponen los pelos como escarpias al imaginar las luces del teatro apagándose, en éste mismo momento, justo antes de que la luz del Cine ilumine el silencio de la sala.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Entre lo íntimo y lo extraño

Hablar de las cosas ayuda. Ayer, según caminaba por la calle Sagasta con Nuria, se me quedó mirando en un silencio y me dijo: "Dime lo que estás pensando". Yo le respondí "¿Qué quieres que te diga?" y ella contestó "Esas cosas que nunca me cuentas".


Al momento no respondí, porque en realidad se me había ido la mente a un pedido de filtros en el que estuve trabajando para un proyecto en Francia. Pero según íbamos caminando, me di cuenta de que necesitaba contarle cosas, cosas que no le cuento a nadie porque están lindando entre lo íntimo y lo extraño.


Sin querer, fueron saliendo detalles, sentimientos, experiencias. Y al final, esas lágrimas que salen sólo cuando se reconoce una parte concreta de uno mismo, acompañadas del abrazo de amor altruista, puro, abrazo noble y calmante, redentor. Aunque sigo pensando y teniendo determinados sentimientos, salir de mi boca les hace más vivos y presentes, y libero partes ocultas de mi Yo.


Y con tido ello tu recuerdo, padre, siempre pagado a mi; tu sonrisa, tu vida. Tu aroma de Old Spice, el tacto de tus manos grandes. Tu mirada noble y directa. Auténtica. Y tu ausencia que sigue hiriendo de modo punzante y doloroso , como una terrible migraña inconclusa.

lunes, 13 de octubre de 2008

Savner Norge


El peso de la nieve bajo las botas. La luz del invierno. La noche del verano.


El sonido de los árboles en los montes. El agua. Las casas que caminan con el fiordo.


El calor de las cafeterías. La cerveza Hansa. Una Grillpølse en el Narvesen.


El silencio. Las tardes largas. Comer a las 12 y cenar a las 5.


El Idritspark de Skien y su pista de hielo. La casa amarilla de Skiensgate. Las bicicletas


Cigarrillos de humo yde frío. El nórdico. La calefacción eléctrica.


El aroma de los waffels recién hechos. La madera. Bergbys sennep.


Las barbacoas. Los zapatos en la puerta. La lluvia.


Hablar con mi padre. Hablar contigo. Hablar en Noruego.


Los sueños que creé. Los que perdí. Los que gané.


Ingolf. Adele. Julie.


Noruega: infinita, sensible, fuerte. Hermosa tierra de quietud y de espacio. Mi tierra.





Kjære Norge: jeg kan ikke glemme deg. Jeg tenker på deg alle dager.

viernes, 10 de octubre de 2008

Matices en el alma


El caos siempre tiende a acabar en paz. Los problemas del piso se van rematando y ya va empezando a tener la "H" de Hogar.




Acaba una semana de desorden y de estrés, y acaba también tranquila, con las notas de Tamba Trio sonando en mi ordenador, con esa agradable y extraña sensación que es sentirse solo en la empresa. Espero a que lleguen las ocho para ir a buscar a Nuria a la Galería y pasear por Madrid, que se convierte toda ella en mi casa en ausencia de una propia.




Oir a Tamba Trio me ha hecho recordar una película que vi hace tiempo recomendada por mi padre, "Un hombre y una mujer", película que guardo en mi alma con multitud de matices que espero refrescar esta noche en la no-intimidad del sofá, rodeado de platos, vasos, maletas y demás enseres. Pero todo es ponerse, con empeño y una bolsa de palomitas bien me parecerá estar en la más recóndita y dulce casa rural.




El fin de semana se plantea de vigilancia y de charla con los pintores. Es curioso, me tocará levantarme más temprano que durante la propia semana, pero ya se sabe que París bien vale una misa. Y en ausencia de fútbol, la tarde del domingo quedará impregnada con la corrida del domingo en Zaragoza. 6 toros para Morante el día del Pilar. Algo habrá que ver, seguro. El Arte de Morante también conviene refrescarlo de cuando en cuando, refrescar esos matices que deja en tu alma una verónica o un natural.




O simplemente, contemplar el enigma que destila cuando camina por la Plaza.

martes, 7 de octubre de 2008

Otoño desordenado

El otoño ha llegado hoy, y ha llegado desordenado, como la casa donde habito desde hace 6 días. No es cuestión de nombrar aquí los problemas que acarreamos desde entonces, pero si de plasmar el malestar por esta mala suerte en forma de plaga. Malestar que causa silencios tristes, malas caras y noches frías, aunque se vea la luz allá por el final de esta semana.


Se acaban los toros y llega el frío, y atrás quedan los meses de estío veraniego y personal. El frío me inspiró otros años más bondad y mejores emociones, mas este año se presenta distante y doloroso, al menos durante el día de hoy, día largo y pesaroso en la oficina.


Mientras tanto, contemplo los comienzos de Nuria desde el callejón, sin fallo alguno, sin nervios, pero con viento en la plaza. Me llena las baterías de sueños e ilusión, aunque reconozco que a día de hoy nos falta algo que lamentablemente no depende de nosotros.


Y es que en días como hoy, nada habría mejor que un abrazo entre mantas y una luz hogareña en la paz del salón conyugal. En su lugar: la triste compañía de nuestras compañeras de piso y una lámpara fría y oxidada, mantas sucias, suelos polvorientos y maletas y bolsas como obstáculos.


Mas al fin de la jornada, me siento a salvo y tranquilo con tu abrazo. Y ésto es mucho más que todo aquello.