miércoles, 15 de octubre de 2008

Entre lo íntimo y lo extraño

Hablar de las cosas ayuda. Ayer, según caminaba por la calle Sagasta con Nuria, se me quedó mirando en un silencio y me dijo: "Dime lo que estás pensando". Yo le respondí "¿Qué quieres que te diga?" y ella contestó "Esas cosas que nunca me cuentas".


Al momento no respondí, porque en realidad se me había ido la mente a un pedido de filtros en el que estuve trabajando para un proyecto en Francia. Pero según íbamos caminando, me di cuenta de que necesitaba contarle cosas, cosas que no le cuento a nadie porque están lindando entre lo íntimo y lo extraño.


Sin querer, fueron saliendo detalles, sentimientos, experiencias. Y al final, esas lágrimas que salen sólo cuando se reconoce una parte concreta de uno mismo, acompañadas del abrazo de amor altruista, puro, abrazo noble y calmante, redentor. Aunque sigo pensando y teniendo determinados sentimientos, salir de mi boca les hace más vivos y presentes, y libero partes ocultas de mi Yo.


Y con tido ello tu recuerdo, padre, siempre pagado a mi; tu sonrisa, tu vida. Tu aroma de Old Spice, el tacto de tus manos grandes. Tu mirada noble y directa. Auténtica. Y tu ausencia que sigue hiriendo de modo punzante y doloroso , como una terrible migraña inconclusa.

No hay comentarios: