viernes, 28 de octubre de 2011

Japón y el Okonomiyaki. Entrada 300

Al comenzar este post, aun me huele a zamburiña y a ostra, a pimientos de padrón y a pulpo a la gallega. Felicito a Carmen por su cumpleaños. Por la calidad del sonido, bien pareciera que estoy en Pontecesures o en Forcarei, pero estoy en Osaka. Aun así, llega limpio el cariño de mi familia hasta la noche iluminada de neones de Japón.


El blog me felicita por llegar a las 300 entradas. Eso quiere decir, a grandes números, que en los últimos cuatro años y tres meses me he parado a pensar 300 días en este diván. Eso es un día de cada 19. No está mal, aunque muchas cosas habrán caido en el olvido y en la pereza. Hoy sin embargo llego con ganas a mi cita. Es viernes. Necesitaba este día y sobre todo la noche que está por llegar, intentar dormir tranquilamente las horas que no he conseguido dormir durante la semana.


Vengo de recibir una nueva sorpresa de Osaka. Hoy Masayoshi se ha quedado a cenar con nosotros y nos ha llevado a un pequeño restaurante donde preparan las delicias de Osaka. Hoy he redescubierto el Okonomiyaki, una especie de tortilla rellena fabricada con mil ingredientes y de gusto exquisito. La clave, sin duda, la da el que no haya menú en inglés y que los camareros tampoco lo hablen. Pero Masa estaba allí para ordenar lo que sabía que iba a causar nuestro delirio. Delirio gastronómico en Japón, que es mucho más que el sushi. Una bendición para el paladar y la curiosidad.


Mientras tanto, llega mi primer regalo hacia Bruselas, en forma de concierto de Ryuichi Sakamoto. Una forma más de buscar que, durante unas horas, la distancia sea nula entre tú y yo. Será el músico japonés el que nos una, mientras yo duermo, mientras tú estás sentada en la butaca oyendo sonidos del oriente en el que habito temporalmente. Y esto sólo acaba de empezar.


Cierro las cortinas y pienso en qué película me acunará esta noche. Tal vez la última de los Dardenne, para no olvidar el francés de mi país adoptivo, mi cada vez más amada Bélgica.


Hoy mi entrada va dedicada a mi más reciente lector. Le imagino sentado en su sofá negro, rodeado de los cojines que resbalan del mismo y leyendo estas palabras. Luis no es un lector cualquiera, es uno de mis referentes máximos en los últimos años de mi vida. Fuente contínua de cariño y de sensatez, de consejo y de experiencia. Un segundo padre que me ha regalado el destino.


Va para él esta entrada 300 de somosbohemios, con el día 24 de Noviembre en la distancia. Ese día este aroma que siento hoy de zamburiñas, ostras, pimientos y pulpo sérá solo un recuerdo, porque estaré junto a él y los suyos decidiendo el vino de otra maravillosa cena en Galicia.

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