jueves, 28 de agosto de 2008

Impaciencia

Pasan las horas despacio. Y digo horas porque ya los días caben en una mano, y solo pienso en que lleguen las cinco de la tarde del martes para comenzar el sufrimiento del avión que me llegue hasta tí de nuevo.

Sueño con tu abrazo, pero más aun con tu sonrisa, tu expresión de silenciosa felicidad al encontrarme. Y sueño con que el silencio me acompañe al final de un día de 30 horas.

Escucho por teléfono tu voz, tu tabardillo y tus cadencias, y me derrito en esta distancia que nos une más que nunca mientras mis manos ya dibujan tu silueta en el aire al pensarte mía.

Y de repente, vuelvo atrás en el tiempo y en el espíritu. Como antaño, como entoces, antes de irme a dormir me quedo callado y pienso:

"último miércoles solo"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya no queda nada!

Dale un beso de mi parte, sé que lo harás :D

Pasadlo muy bien