domingo, 6 de julio de 2008

La nueva habitante de NY

Escucho tu voz desde Brooklyn, y aun no me termino de creer que te hayas ido. Te escucho feliz, con ese tono de irremediable excitación ante algo desconocido que nos invade.

Después de levantarme tan pronto para despedirte y del partido de Nadal (ya hablaré de esto otro día) pocas fuerzas me quedan para explorar en mi mente y escribir lo que siento. Prefiero hacerlo en silencio desde el sofá, escuhando la radio justo antes de irme a dormir, mientras a tí aun te queda toda la tarde para terminar de cerciorarte de que has cumplido un sueño.

Y ya en cama, esperaré a que estrenes esa tarjeta de la que me has hablado y me puedas contar tranquilamente cómo te sientes. Mi querida niña, vuelvo a amarte en la distancia con más pureza que entonces, con más ilusión que nunca en todo lo que vivimos, y con tu carta postrera en mi pecho, la cual leo y releo una y otra vez.

La noche llega en Madrid, y en Nueva York una nueva habitante llena de fantasía y de ganas el nuevo mundo. Suerte, y empieza citando por arriba...este toro si que es bravo.

No hay comentarios: