martes, 27 de mayo de 2008

Sucesos en la noche

Durante el día se apodera de mí una pesadilla que tuve en la noche, y de la que apenas recuerdo detalles vagos. Tan solo recuerdo la sensación de angustia, de sentirme atrapado y sin capacidad de respuesta. Y de repente, abro los ojos en la oscuridad inundado en sudor de ese que no empapa, sudor de miedo. Mientras respiro con fuerza miro el reloj; son las 6 y aun queda tiempo para redimirse. Te miro y casualmente tu rostro mira al mío, con la diferencia de que el tuyo está plácido y sereno.


Y la luz mágica de la noche me presenta tu figura y tu calma, y me inundas de tu paz. Y sin esforzarte, sin pensarlo, me sacas del abismo y la tiniebla y me arropas y proteges, sin ni siquiera mover las manos, que se esconden debajo del edredón.


Y sin que te des cuenta, te acaricio la cara y te agradezco el salvamento con un beso que cruza el silencio de la madrugada, y que se aloja tranquilo en lo más profundo de tu sueño.

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