Esta claro que uno puede esperar de la vida muchas cosas. Como el hecho de que se te pierdan unas gafas de sol sin graduar en el metro y alguien tenga la decencia de llevarlas a objetos perdidos, y de que a un servidor se le ocurra pensar que lo primero ha podido pasar, las persiga y las encuentre.
Así es como en cinco días he tenido gafas nuevas, he dejado de tenerlas y las he vuelto a tener.
Gafas nuevas por partida doble y un milagro en el bolsillo. Y la sensación de que realmente, mi padre tenía más razón que un santo cuando me decía aquello de "Hijo mío, tienes una flor en el culo"
1 comentario:
Coñe! pues sí que es sorprendente que las perdieses en el metro y te las devolviesen....aunque, más sorprendente es, que tú fueras a buscarlas a objetos perdidos...Madrid+metro....a mi, no se me pasaría ni por la cabeza ir a preguntar por ellas
Besitos chiquillo ^^
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