miércoles, 28 de mayo de 2008

Pequeños milagros

Esta claro que uno puede esperar de la vida muchas cosas. Como el hecho de que se te pierdan unas gafas de sol sin graduar en el metro y alguien tenga la decencia de llevarlas a objetos perdidos, y de que a un servidor se le ocurra pensar que lo primero ha podido pasar, las persiga y las encuentre.


Así es como en cinco días he tenido gafas nuevas, he dejado de tenerlas y las he vuelto a tener.


Gafas nuevas por partida doble y un milagro en el bolsillo. Y la sensación de que realmente, mi padre tenía más razón que un santo cuando me decía aquello de "Hijo mío, tienes una flor en el culo"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coñe! pues sí que es sorprendente que las perdieses en el metro y te las devolviesen....aunque, más sorprendente es, que tú fueras a buscarlas a objetos perdidos...Madrid+metro....a mi, no se me pasaría ni por la cabeza ir a preguntar por ellas

Besitos chiquillo ^^