viernes, 5 de noviembre de 2010

La Fleur en Papier Doré

A tí, que construyes calles y plazas nuevas, que creas el menú de los restaurantes, que llenas el canal con lágrimas de sueños.

Te sentí esta noche entre las hojas recien sesgadas por el viento, rodeada de brumas transparentes, pero no quise perturbar tu magia. Volveré a pasar otra vez por esa ladera que me lleva a tu silencio, al miedo que te hizo nacer y hacer que tu enigma creciese más que tú misma.

Apenas alcanzo a besar una parte de tu todo, apenas conozco aquello que no me dejas ver. Esa arena limpia de pisadas y de escoba es también tuya.

Mira ese edificio, está vacío. En él no se sabe qué encontrar, si salones, cocinas o mesas de trabajo, pero cruzaré el umbral contigo si tú quieres. Búscame tú entonces. Yo seré escurridizo en un principio, para después entragarme a tu inspiración y ser poeta que escribe poemas muertos en el aire.

Y después del concierto, hazme ser el espejo de todas tus canciones, detrás del escenario o tal vez encima del mismo.

A tí pues, que tornas mi surrealismo claro y nítido a todos los ojos.
A tí que me haces pensar que has venido aquí conmigo, cuando en realidad me estabas ya esperando.

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