martes, 29 de septiembre de 2009

Otro adios

A nivel de domicilio ha sido un año muy difícil. La cosa empezó mal desde el principio, desde que apurado me vi obligado a coger este piso donde he tirado más de la mitad de mis ingresos anuales.

Lo hubiera hecho con gusto de no ser por las cucarachas iniciales, las humedades, la calefacción, la caldera, los grifos, el frío...y sobre todo por el impresentable de mi casero, al cual debo varios disgustos de un serio calibre.

Ahora, escribo por última vez desde este piso, que mañana olvidaré. A escasos minutos de que se corte el teléfono, y con la casa prácticamente vacía, espero a que Nuria pueda ayudarme una vez más con el coche para hacer el penúltimo viaje hasta Estudios 3, nuestro nuevo hogar. Y mientras tanto, me pregunto si merecerá la pena todo este trajín, los cabreos, los nervios de la mudanza y el cansancio.

Echando la vista atrás y recordando aquellas de pánico de hace más o menos un año, creo pensar que si, que merece la pena volver a cargar las maletas y vaciar otra casa. Estudios 3, de momento, esta llena de cajas, de maletas, de infinitas bolsas. Pero también esá llena de ilusión y de una fragancia distinta, y de cajas invisibles de tranquilidad que permancen de momento cerradas y fuera de nuestro alcance, aunque día a día las tengamos más cerca.

Adios, por tanto, al piso que pasó de pocilga a apartamento cálido, pero que nunca fue nuestro hogar. Libro nuevo, pluma nueva: comienza otra historia.

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