martes, 29 de julio de 2008

Distancias

Hay distancias que no entienden de kilómetros, porque no son kilómetros. Y a veces los kilómetros son tan solo distancias físicas, no distancias que separan.
Esta semana experimento distancias diferentes, pero todas ellas son distancias que me hablan de cosas que no alejan, sino acercan. Apenas noto la diferencia horaria con el Nuevo Continente, apenas siento que algo me separa de Nuria, porque nada nos separa.
Y en esta semana especial, noto distancia con el piso en que he habitado este año, aunque hasta el jueves habite en él. Estoy en él, pero hay distancia, está en él sólo mi cuerpo. Mi Yo planea por las noches el barrio de Justicia en busca de otro rincón bucólico donde amarte y pasar otro invierno abrazado a tus ojos.
Pero las distancias no solo vienen de este mundo. La noche del domingo tuve una de esas experiencias que ocurren un par de veces en la vida, todo un viaje astral que me llevó hasta tí más de un año después.
Y entonces me hablaste y te sentí, y la mayor de las distancias se anuló por completo. Al fin y al cabo la distancia es, como tantas cosas, lo que nosotros queramos que sea.

No hay comentarios: