martes, 3 de junio de 2008

Migrañas (ganas de escribir)

Vaya por Dios. Después de varios meses limpio de dolores de cabeza, esta noche he padecido mi primera migraña del verano, como todos los años por estas fechas. Después de cenar sentí los pinchazos iniciales y acerté tomándome el Imigran a tiempo, aunque no fue suficiente para evitar el desencadenamiento de la jaqueca.

Los migrañosos somos auténticos apestados del destino. Pocas cosas habrá tan desagradables y dolorosas como una "buena" migraña de las de verdad. Duele la luz, el ruido, el tiempo. Nos volvemos serpientes que se retuercen y que solo emplearían su fuerza para arrancarse la cabeza si pudieran.

Pese al tiempo transcurrido desde la anterior jaqueca, Nuria vio al momento que se me cerraba el ojo izquierdo y me instó a tomar la pastilla e ir a la cama. Cuando la pastilla hizo efecto, me quedé dormido según se esfumaba el dolor, con esa sensación maravillosa que es perder de vista una migraña. Después Nuria se acostó y acarició mi mano, ingrediente extra para celebrar el descanso, rodeado de la anhelada oscuridad nocturna.

Disculpen si les aburrí con esto. Tenía varias opciones de cosas que contar, pero no me convencía ninguna.
Creo que tan solo tenía ganas de escribir.

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