martes, 8 de abril de 2008

Esperando a Morante

Ya me lo avisó Enrique, "El domingo verás a Morante..." pero la visita de mi madre me lo impidió. El domingo fue delicioso con Carmencita y con Nuria. El Templo de Debod, la Plaza de Oriente...un acordeonista fantástico y el tiempo corriendo despacio. Para culminar la jornada, rancho en la Plaza Mayor en un día soleado y mucha conversación, si cabe más alimenticia.

Y mientras comentaba mis desgracias laborales a mi madre, Morante destapaba el tarro de las esencias en La Maestranza. Dos orejas que me hubiesen hecho perder el sentido en la plaza, pero ese día convenían otras cosas.

No pude ver las dos orejas de Morante en directo, pero hablé de frente con mi madre, disfruté de un día idílico y fui testigo de un cariño de otro mundo, un cariño a tres bandas que me dejó un poso de tristeza cuando volvía de Chamartín, al darme cuenta de que nunca sería a cuatro.

Así pues, espero que las circunstancias me dejen bien en el caballo el día 23 de mayo en la Plaza de Las Ventas, quien sabe si en mi ansiada confirmación de alternativa. Ya estoy esperando ese día. Ya estoy esperando a Morante.

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