viernes, 22 de febrero de 2008

Tilbake i Norge

Que quiere decir: "De vuelta a Noruega". En un par de días he solucionado un dilema de meses y me he decidido a viajar (gracias, entre otros motivos, a tu apoyo incondicional).


La clave: una nostalgia atroz y una oferta de vuelo irrechazable. Parece increible que sea más caro ir en AVE a Valladolid que plantarme en tres horas y media en Sandefjord. Pero así es, y hay que aprovecharlo. Un pequeño viaje de cinco días para mirar en el fondo del fiordo y buscar mi reflejo, aquel que dejé por allí hace ya 17 meses.


Precisamente en febrero se han cumplido dos años de aquel día en que pisé por primera vez suelo nórdico, y recuerdo a fuego vivo aquel instante, aquel aroma del aeropuerto, aquel paisaje nevado y aquella primera noche de divina soledad.


Ha pasado tiempo desde entonces, y han pasado muchas cosas. Se perfectamente que Noruega nunca será lo mismo para mí, pero también se que, merced a todo lo que viví allí, esa Tierra es única en mi vida, inigualable, y nada le hará bajar de ese Olimpo personal en que la tengo, y también se que estaré ligado a ella de por vida. Me propuse ir a Porsgrunn dos veces al año, y de momento estoy cumpliendo, ya que es la tercera vez que retomo mis pasos hacia el sur de Telemark.


Muchas son las sensaciones que me llenan por completo, pero son las positivas las que ganan. Solo imaginar un anochecer en Skiensgate me emociona, el camino hacia el supermercado Hovenga, el silencio de la tarde, el frío en mis mejillas, bajar la calle Storgata hasta el centro y tomarme una cerveza en Kaffe K, y pasear por donde paseé mi amor coln Nuria, y oler la naturaleza que olí con mis padres, y disfrutar del espíritu que disfruté con mis hermanos.


En parte quiero volver porque siento que todo ello me está allí esperando, como inmóvil en el tiempo, como un natural lento que dura siglos, como un perfume eterno que se dosifica.


El próximo jueves vuelvo a Noruega y, aunque parezca paradójico, volveré a sentir la delicia que es echar de menos a aquellos que me esperan al otro lado, y serán, todos ellos, mi última visión cuando anochezca. Todos juntos como entonces.

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