lunes, 15 de octubre de 2007

Por fin

Quién lo diría...por fin es lunes. Pero no un lunes cualquiera, es lunes 15 de octubre. No es que éste día esté señalado por ningún motivo especial en el calendario, lo que sucede es que hoy ha sido el fin de muchas cosas. Después de una semana de estrés contenido y de dormir poquísimo, se fueron las noruegas. Las pobrecitas no tienen la culpa de muchas cosas, pero sin querer se han convertido en tristes protagonistas de una semana infernal que comenzó la noche del lunes pasado, cuando aterrizó su avión muy cerca de las 2 de la madrugada. Casita de papel es un encanto, pero es pequeña cuando conviven 4 personas en ella, más aun si el baño (único) de la casa está en el interior de la habitación (también única). Laura me salvó los muebles prestándome una cama hinchable...pero era imposible encontrar un cuarto de baño de campaña. Las niñas no hicieron esos días más que salir de fiesta y gastar papel higiénico a un ritmo que jamás vi. Aun me pregun to cómo han podido gastar 8 rollos en 6 días
Podría escribir numerosas páginas sobre esta semana, pero me volvería aun más loco recordándolo. La inundación que me encontré en la cocina de la casa de mi madre al volver de la boda el viernes por la noche, es lo más estresante que me ha pasado en la vida. Dos noches casi sin dormir peleando contra unos vecinos que se hacen merecedores de insultos que no están en el diccionario (resumidos en dos palabras: mala gente). Policía, bomberos, llamadas...y agua, mucho agua, y una casa destrozada un mes después de una impresionante reforma. Y mi madre, que está como para que la den más disgustos, deprisa y corriendo para Valladolid desde Barcelona...
Ayer, durante el atasco dominical de regreso a Madrid, solo pensaba en lo bien que me encontraría al día siguiente en la oficina, alejado de los problemas e inconvenientes de los días pasados. Y hoy, al acabar la jornada, tengo miedo de salir a la calle.

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