martes, 29 de septiembre de 2009

Otro adios

A nivel de domicilio ha sido un año muy difícil. La cosa empezó mal desde el principio, desde que apurado me vi obligado a coger este piso donde he tirado más de la mitad de mis ingresos anuales.

Lo hubiera hecho con gusto de no ser por las cucarachas iniciales, las humedades, la calefacción, la caldera, los grifos, el frío...y sobre todo por el impresentable de mi casero, al cual debo varios disgustos de un serio calibre.

Ahora, escribo por última vez desde este piso, que mañana olvidaré. A escasos minutos de que se corte el teléfono, y con la casa prácticamente vacía, espero a que Nuria pueda ayudarme una vez más con el coche para hacer el penúltimo viaje hasta Estudios 3, nuestro nuevo hogar. Y mientras tanto, me pregunto si merecerá la pena todo este trajín, los cabreos, los nervios de la mudanza y el cansancio.

Echando la vista atrás y recordando aquellas de pánico de hace más o menos un año, creo pensar que si, que merece la pena volver a cargar las maletas y vaciar otra casa. Estudios 3, de momento, esta llena de cajas, de maletas, de infinitas bolsas. Pero también esá llena de ilusión y de una fragancia distinta, y de cajas invisibles de tranquilidad que permancen de momento cerradas y fuera de nuestro alcance, aunque día a día las tengamos más cerca.

Adios, por tanto, al piso que pasó de pocilga a apartamento cálido, pero que nunca fue nuestro hogar. Libro nuevo, pluma nueva: comienza otra historia.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Sendas


A veces las razones para seguir adelante son más que evidentes, son fáciles de encontrar. Son caminos trillados pero cuidados, son sendas que conservan el aroma de apertura y que tienen ya el poso del tiempo.

Y a todo se le puede disfrazar del color que se desee. Todo es positivo en este día que también trae sombras sin querer, pero son doradas.

Me miro aquí y soy el mismo, con más kilos y menos tiempo, pero con la ilusión intacta de entonces, cuando me sumergí en tu magia.

Sigo ahogándome.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Aromas

El verano pasó acompañado de distintos aromas de mar y muchos matices. Aroma de presente y de futuro en la ría de Pontevedra, aroma de mes de mayo florido y soleado en mis sueños, aroma de noche blanca y luna nueva.

También tuve la opción de estar solo y de pensarte, de imaginar lo orgulloso que estarías al verme cargar con Oti la hoguera y el "ramu" en Villahormes vestidos de porruanos, como tú siempre quisiste que hiciésemos. Aroma de recuerdo doliente y punzante en esos días, de esa ausencia atroz en la que te abrazo en un silencio cada vez más íntimo e inexplicable.

Al fin, en la orilla, refrescó mi espíritu y mi cuerpo el aroma del mar de nuestras soledades, rodeados de la calurosa paz de un agosto de infierno. Paz al fin y al cabo, salpicada de multitud de zarpazos robados al tiempo en la pequeña cala donde me has esperado tantos meses.

Entre todos estos aromas se mezclan los del cambio, los de un coqueto ático con alma de madera donde ya sueño tus abrazos de frío. También huelo los aromas que vienen por mail y por teléfono, esos que empapan de vida nueva.

Y en un mes exacto, el aroma del capote de Morante, en ese otoño de Madrid que tanto espero.