jueves, 11 de junio de 2009

Millones

Hoy el mundo se tambalea ante la sinrazón del fútbol. Nos bombardean con la dichosa cifra, un montón de millones para traer a Madrid a un chico que le pega al balón y que corre, pero que además vende camisetas como churros. Y eso no es lo más sangrante, resulta que el pobrecito, ganará mi sueldo de un mes mientras se echa la siesta (de media hora).

Mucho dicen sobre el sueldo de los toreros, muchos critican las ¿elevadas? cifras que manejan los apoderados, algunos más que otros en función de caché y valía. Yo hoy me pregunto por qué la gente critica a los toreros por sus ganancias y sin embargo jalean que unos jovencitos, en su mayoría cortos de entendederas, se peguen la vida padre porque seben hacer un regate.

¿Que no hay diferencia? Qué va, solo que los matadores de toros se juegan la vida en cada tarde. A otros dejo la discusión de si los futbolistas crean o no arte con el balón en los pies (que habrá de todo).

Yo, para ser sincero, lo único que lamento es que Florentino no sea empresario de Las Ventas. A ese si que no se le ocurriría dejarnos otra feria sin José Tomás.

sábado, 6 de junio de 2009

Por ilusiones

Por fin llegó el día de mi confirmación en Las Ventas. Llegué a tiempo de tomarme el gin-tonic con hierbabuena, y allí estaba mi padrino de confirmación, de Lila y oro (inolvidable Chenel) marcando los tiempos de una conversación que era delicia escuchar. La bajada desde el bar a la plaza, por la calle Alcalá, fue una suerte de paseillo. Qué hermosa se ve la plaza desde allí. Enrique, con el radar puesto anotando los rostros conocidos "Mira, Javier Vázquez", aunque lo mejor fue cuando, al entrar por el patio, acertó a ver a una gachí alemana que al parecer había publicado un libro fotográfico sobre José Tomás, la misma que enloquecería en el albero con la salida a hombros de Esplá dos horas y media después del avistamiento.

Y sin querer, pasaron las horas, y yo callado y poniendo la oreja, disfrutando de los comentarios de Enrique, que bien debería cobrarlos a millón. Toda una lección de tauromaquia, todas las miradas, todos los detalles, "Mira qué bonita la chaquetilla del picador". Lección magistral gracias a la pericia de Eneko en conseguir las entradas (aunque él niegue que sea acierto suyo y que viene de lo alto).

Así ir a los toros es otra cosa. Ayer Esplá, torero único y añejo, acompañó con su arte y su sonrisa agradecida una tarde tan especial como la de ayer. "Es como Rafael el Gallo", apuntaba Enrique mientras Esplá recibía el cariño de Madrid en su última vuelta al ruedo de Las Ventas.

Un lujo, un guiño del cielo y del destino, un recuerdo permanente hacia los que nos precedieron un día, y que ahora beben ginebra con nubes en vez de hielo. Ayer, más que nunca, Jaime Arenillas...por ilusiones.

jueves, 4 de junio de 2009

Ayer, día de Fiesta

Ayer fue un día precioso, y no por la corrida en sí, aunque siempre se aprenden cosas en todos los toros.


Me llevé a mi hermano a Las Ventas por primera vez. Se enganchó el AVE y a las seis estaba a buscarme en el trabajo. En su mirada, la ilusión del que aun siente que Madrid es la cuna del toreo, del que se siente privilegiado por estar en la plaza en día tan señalado. Ya en la grada del seis, le miraba y me emocionaba, nos sonreíamos y nos abrazábamos.


Me quedo con eso, con la magia taurina que nos envolvió ayer. El paseillo, los comentarios, las vistas desde la terraza. Y qué feliz me siento de que su primera vez haya sido conmigo.


Lejos queda ya mi primera vez, mayo de 2007: Lopez Chaves, Gallo y Capea. Al comenzar el paseillo llamé a mi padre, que estaba en Asturias con la cornada en el estómago reciente. Le dije, sencillamente, que era una putada que no hubiese podido venir conmigo. Respondió "Seguro que para la Feria de Otoño estoy bien, y entonces iremos, y antes de la corrida comemos en el Asador Donostiarra, que te lo debo". Lloré de emoción y afronté ese amargo debut en Madrid, con la triste certeza de que nunca llegaría ese día soñado.


Ayer, tanto Oti como yo llevábamos sendos pares de gafas de sol de mi padre.